Salió la película “la educación prohibida” y con contagio,
la gente se congrega para verla: mañana en “el telar de Etis” a las 16 y a las
18 en “el canto de los pájaros” hay una reunión sobre educación convocada por el
grupo de gente que se ha agrupado en la construcción natural en esta zona con
la idea de preparar la proyección de la película con la presencia de alguno de
sus productores en el mes de noviembre. Estos que son solamente dos eventos que
yo conozco, estimo que será solamente una parte de la movilización que
cualquier cuestión que aborde el tema sobre crisis en la educación parece poner
en evidencia…
La película es esperanzadora, ahora, no piensen que es fácil.
Como decía el General “mejor que decir es hacer y mejor que prometer es
realizar” y aquí hay algo de eso. El trabajo es arduo y nos lleva a trabajar
con nosotros mismos de manera constante. El tránsito por el proyecto Eos+Creciendo,
www.colegioeos.com.ar, un espacio
que me gusta definir como de honestidad brutal, nos muestra las dificultades
que representa la crisis de la educación. Esta crisis, no es otra cosa que el
reflejo de la crisis social.
Vengo de compartir una jornada en Paraná sobre maltrato
laboral. Muy linda, de mucha reflexión y hasta algo de transformación. Organizada
por AMJA y por UTHGRA que firmaron un convenio para afrontar el tema juntas,
fue un bálsamo para el alma…
Y ambas cuestiones se unen allí, en la crisis social. Nuestra
sociedad noroccidental, como gustaba llamarla Rodolfo Kusch, tiene como uno de
sus valores principales la violencia y todos reaccionamos horrorizados cuando
esta se hace presente. La pregunta adecuada, diría Wilhelm Reich, es la opuesta
¿cómo es que no se hizo presente la violencia en otros casos? Claro que para
eso hay que reconocer que la violencia nos habita. Esta es la honestidad brutal
de la que hablo, qué hacer ante las dificultades que, a veces muy pequeñas,
sacan lo peor de mí. Hay algo de mí mismo que está reaccionando de manera
desmesurada y si actúo así eso es lo que van a aprender quienes me tomen por
maestro. Solamente puedo avanzar, realmente, cuando logro avances en esto.
El principal producto de una comunidad debiera ser la próxima
generación. Cuando nos cruzamos por la calle, de noche, con adolescentes
desconocidos cruzamos de vereda. Solemos pensar que son chorros, drogadictos,
vagos y haraganes. Nos da miedo. Lo que estamos generando, la próxima generación
nos da miedo. Cuando eso cambie y podamos sentir orgullo, será una señal de que
las cosas están cambiando. Calamaro dice “pero el amor es más fuerte” y por
ahora eso nos sostiene. Habrá que ayudar al amor.
Jorge
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