¡Bienvenid@!

Como encarnación de la conciencia, tenemos la posibilidad y responsabilidad de cooperar para hacer del planeta tierra un lugar de realización de la vida en todas sus manifestaciones. Esto será posible solamente a través del consenso. El momento histórico parece requerir de un salto evolutivo en la gestión de consensos, ideas y acuerdos colectivos que se sostengan al mismo tiempo sobre la elección consciente de cada individuo.


martes, 7 de septiembre de 2010

Energía, población y consumo

En una entrada anterior, hice referencia a la ecología profunda y a la plataforma de ocho puntos de Naess. En su cuarto ítem propone que “el florecimiento de la vida y de las culturas humanas es compatible con una población humana sustancialmente más pequeña. El florecimiento de la vida no-humana requiere una población humana más pequeña.”

Cuando Naess hizo está propuesta la población mundial era aproximadamente la mitad de la de hoy. Y hoy se ve claramente el efecto de la actividad humana en el clima y avizoramos cambios mayúsculos para los próximos años. Estos cambios impactarán sobre la vida de todos.

En las recientes cumbres por el medioambiente (Copenhage 2009 por ejemplo) quedó clara la discusión. El impacto de la gente sobre el medioambiente está relacionado con el consumo. Si comparamos el consumo de distintos modos de vida las diferencias son sustanciales. El impacto de un habitante medio del primer mundo es treinta veces mayor al de un habitante medio de un país del África subsahariana. En nuestro país como en el resto de los países “en desarrollo” la situación es intermedia pero si seguimos las mediciones –hay varias con distintas metodologías- de huella ecológica (www.footprintnetwork.org) el modo de vida promedio de los argentinos requeriría más de dos planetas tierra para ser viable para toda la humanidad.

Naess estaba solamente en parte en lo cierto. Su cuarto punto no es válido ya que hay muchos modos alternativos de vivir que hacen viable el planeta para más población.

En nuestro país la brecha de consumo entre distintos estratos de la población es enorme, o sea que aquí mismo tenemos ejemplos de cómo se puede vivir de forma sustentable.

Hemos llegado al momento en que la discusión sobre nuestro modo de vivir es imprescindible. Al mismo tiempo la mejor manera de ejercer la soberanía sobre nosotros mismos será el ejercicio de lo que pensamos. Sin esa praxis lo demás no sirve de nada. Y ese ejercicio debe además ser hecho en convivencia, porque será un recurso para la convivencia: convivencia entre los seres humanos y convivencia imprescindible con el resto de la vida del planeta.

Hagámoslo.

Jorge