Hasta pronto....
Consenso y Conciencia
"El futuro dependerá en gran medida de nuestra capacidad para comprender cómo funcionamos dentro de los procesos naturales inherentes al planeta en que vivimos" Thomas Berry
¡Bienvenid@!
domingo, 18 de noviembre de 2012
Sanación, 15 años después
Hasta pronto....
jueves, 15 de noviembre de 2012
Cabriadas en Mainumby
El pasto ha crecido con las lluvias y la falta de pastoreo que el alambrado limita, los cuidadores de las vacas hacen respetar y las vacas respetan también: hay que ver como saben entrar por cualquier hueco de un alambrado, aunque sea de púas.
Nos preguntan porqué decimos ayni y eso ya lo explicamos en otro lado. Refiere a que las mingas o minkhas son trabajo para el estado mientras que los aynis lo son para el igual. Y no implican reciprocidad, eso es economía del don: cada un@ da lo mejor que tiene.
Pronto organizaremos un campamento de varios días para que se sumen los que quieran. Será en el mes de diciembre y estamos ajustando el programa para que sea de utilidad para tod@s. La citación la hacemos como siempre a través del blog de mainumby y del facebook.
Hasta pronto....
miércoles, 10 de octubre de 2012
Piano piano, se va lontano
martes, 4 de septiembre de 2012
Comenzó la huerta en Mainumby
El Domingo 2 completamos el alambrado y empezamos la huerta. Para ello contamos con la generosa colaboración de un grupazo de gente que hicieron de todo un poco: Nico se ocupó de terminar con mucha calidad el revoque del pilar; Agus y Feli con algunos otros rehicieron dos pozos para reponer dos columnas; Horacio,Guillermo, Alvaro, Alejandro y otros trajeron los postes; Meli, Ali, Alu, Carla, Lucas y muchas y muchos más se convirtieron en alambradores y así fuimos completando una jornada preciosa. Cada tanto el mate nos hidrataba y al mediodía compartimos un almuerzo campestre de exquisiteces preparadas por Silvia y Karina.
A la tarde un gran grupo se dedicó a preparar las semillas de lo que será nuestro primer intento hortelano allí. Pusimos mucho zapallo, zapallito, espinaca, acelga, remolacha, maiz, perejil, caléndula, puerro, apio, trébol blanco y algunas cosas más que al atardecer dejamos al cuidado del paisaje nativo. Las cardas serán las cuidadoras de lo nuevo que nos servirá como sustento. Se sumaron más personas que respondieron al llamado y nos acompañaron en esta tarea.
El bullicio de los niños estuvo presente con Ambar, Amaro, Miranda, Ramiro y otros que se fueron sumando.
Fue una jornada intensa acompañada por el sol invernal que empezó a tostar nuestras almas de inicio del año austral. Ricardo trajo buenos deseos desde La Rioja de parte de un escritor de allí de quién compartimos el poema "La minga". Al cierre el paisaje nos volvió a regalar uno de esos atardeceres. Como ya cantaba Violeta "Gracias a la vida"...
viernes, 17 de agosto de 2012
Educación y maltrato laboral
domingo, 5 de agosto de 2012
¡A desoxidar con cocacola!
martes, 25 de octubre de 2011
Interviniendo para el cambio
Nuevamente la señora de la calle Bouchard. Esta vez estaba echando un veneno, acaso un fosforado, para combatir los grillos topo. Como la señora se la pasa baldeando la vereda a pleno sol el que hay en el cantero se le ha secado. Y ahora ve a los grillos topo a los cuales el jardinero le echó la culpa de la falta de pasto. La causa de todo parece ser la intervención ya que el corte de pasto seguido sumado al riego excesivo por el baldeo de la vereda son dos de los condimentos indigestantes de ese espacio.
Graciela, este es el nombre de la señora, me contó que el jardinero le había dicho que los grillos topos eran culpables de la situación. Le di mi visión. Le conté que mi casa y otras casas estaban llenas de grillos topo y pasto por lo que no podía ser así. Pero le hice notar que su tierra estaba apelmazada y que eso mostraba que no había lombrices. Que estas no volverían si seguía echando ese veneno. Miramos el jardín de un vecino y le pregunté si sabía que hacía. Dijo que cortaba el pasto alto, no como su jardinero que lo cortaba cortito. Y que nunca regaba. A esa altura ya me pidió consejo y vimos que como siempre lo más difícil iba a ser lograr cambiar las ideas del jardinero o sea de las personas y su deseo de intervenir.
El tiempo dirá si algo cambia pero, como decía Silo, el intento valió la pena y por lo menos me cambió a mí, haciéndome pasar de la protesta a la acción.