Nuevamente encuentro rajada la tierra en la llanura pampeana. Es la tercera vez en mi vida que veo esto: la primera fue en los 70, la segunda en 2008 después de un montón de meses sin lluvia y esta es la tercera. En esta ocasión ha estado lloviendo:
Entretanto, en el huerto Fukuoka un girasol ha florecido y varias espigas de trigo madurado. Sin ser regadas, las semillas que pusimos el 18 de septiembre muestran algunos resultados. Riego cero ha sido la consigna para ver lo que la tierra puede con “una pequeña ayudita de mis amigos” como dirían los Beatles. Hemos tenido acelga, espinaca, rúcula y leghuga. Y pronto habrá choclos también y algunas legumbres.
Entretanto los gobiernos seguirán sin ponerse de acuerdo, sea en Cancún, Copenhage o Lomas de Mariló, para hacer algo serio a fin de moderar el cambio climático que hace tiempo está entre nosotros. Por mi parte trataré de ponerme de acuerdo con mis vecinos para ver si dejan de regar el jardín y quemar el pasto.
Hasta pronto.
Jorge