Estuvimos, éramos veintipico, haciendo un curso de construcción natural en Tandil, en la finca “La Alegría”. Resultó un verdadero ejemplo de construcción natural: construcción natural de lazos comunitarios, de cómo, según diría Jorge Belanko, “diez personas juntas pueden hacer diez casas pero diez separadas no pueden hacer ni una”.
Porque así fue la cosa. No nos conocíamos y pasamos una semana de trabajo y alegrías codo a codo y en la que los conflictos y las situaciones se resolvieron sin “esfuerzos”, naturalmente. Un grupo adonde las chicas trabajaron a la par de los chicos, los chicos acompañamos en las tareas que hubo que hacer, las cocineras nos atendieron con delicias de la cocina vegetariana y orgánica y los cincuentones del grupo hicimos lo que pudimos…
Jorge tiene que estar orgulloso de sus discípulos que nos condujeron en la tarea: Damián Cárdenas y Martín Monti. Dos masas los pibes.
Marcos, Gerónimo y el resto de la flia. Corti, nos brindaron su hospitalidad y pusieron lo necesario para hacernos fácil la estadía.
Silvia Gómez, la organizadora, también se merece una felicitación al igual que todos, compañeros y compañeras que se ganaron un lugar en mi corazón.
La luna, el sol y la lluvia acompañaron de maravilla y Fuser, el perro, los caballos y hasta la araña pusieron su parte.
¡Gracias a Marcos Janna y Rafael Driutti por las fotos!